domingo, 15 de agosto de 2010

Calderón hizo votos para que pronto el pueblo de Cuba pueda acudir a elecciones libres


El gobierno de México rechazó ayer las afirmaciones del ex presidente cubano Fidel Castro, de que el perredista Andrés Manuel López Obrador ganó los comicios presidenciales de 2006, «pero el imperio no le permitió asumir» el mando.

En la fotografía aparecen el Narcotraficante Manuel Antonio Noriega de Panamá, dictador Fidel Castro, el narcotraficante cubano Manuel Piñeiro (Barba Roja) y Omaní Cienfuegos y un narcotraficante enviado de Pablo Escobar ( Cartel de Medellín ) no identificado. Esta reunión tuvo como objeto la mediación de Castro ante el Cartel de Medellín y las FARC, el perdón al narco dictador a raíz de la destrucción de varios laboratorios de cocaína, razón la cual, Escobar había ordenado el asesinato de Noriega. El General alegó que él no dio la orden ya que se encontraba de gira en Europa cuando se realizó el operativo. De ahi, fue restituida la relación de Noriega y Escobar.

En un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dijo que con los señalamientos del comandante se pretende descalificar a las instituciones mexicanas y se hace eco de afirmaciones sin sustento sobre el país y su desarrollo.

En un tono inusual, la administración de Felipe Calderón hizo votos para que pronto el pueblo de Cuba pueda acudir a elecciones libres para designar a sus representantes y se respeten plenamente los derechos humanos en la isla.

Tras su recriminación, el gobierno de México aseguró que valora profundamente sus vínculos con el país caribeño y reiteró su firme voluntad de continuar estrechando sus relaciones de amistad y cooperación con el pueblo y las autoridades cubanas.

En el comunicado, dejó entrever que las declaraciones del líder cubano sólo son las de un ciudadano, pero más allá de estas opiniones, México está decidido a fortalecer sus lazos con la isla.

Aseguró que en meses recientes se ha podido constatar el fortalecimiento del diálogo entre gobiernos y el incremento del intercambio comercial.

Por lo demás, el gobierno mexicano se congratuló por la recuperación de la salud del comandante Castro en su cumpleaños número 84.

Fidel Castro se ha referido a México en sus últimos dos artículos para la prensa de su país. En el primero resaltó que López Obrador ganó los comicios de 2006, pero que «el imperio» no le permitió llegar al poder.

En el segundo destacó que el ex presidente Carlos Salinas fue el responsable de los videoescándalos, en los que estuvo involucrado René Bejarano, uno de los colaboradores de López Obrador, y otros antiguos miembros del PRD.

Destacó que sí hubo un complot contra el tabasqueño, en el que no sólo participó Salinas, sino también el secuestrado Diego Fernández de Cevallos y el empresario Carlos Ahumada.

Las relaciones diplomáticas México-Cuba se empezaron a deteriorar desde el gobierno de Ernesto Zedillo, por la posición crítica de éste sobre los derechos humanos en la isla.

Sin embargo, llegaron casi al rompimiento en 2004, durante el gobierno foxista, cuando las autoridades cubanas detuvieron a Ahumada y lo interrogaron sobre la situación política en México y las acusaciones de fraude que había en su contra.

México retiró de la isla a la embajadora Roberta Lajous y dio 48 horas para que saliera el embajador cubano, Jorge Bolaños. De manera adicional declaró no grato al consejero político de la sede isleña, Orlando Silva, y exigió que abandonara México de manera inmediata, con el argumento de que se había entrometido en asuntos que sólo competen a los mexicanos. Esta acusación la extendió a otros dos diplomáticos.

En julio retornaron los embajadores, pero el enfriamiento persistió. A partir de la la llegada del gobierno de Felipe Calderón, México buscó sacar del congelador la relación.

En marzo de 2008 la canciller Patricia Espinosa Cantellano visitó Cuba y uno de los acuerdos alcanzados con su contraparte fue que los presidentes de ambos países efectuarían visitas recíprocas. Sin embargo, hasta la fecha ninguno de los dos viajes se ha concretado y de hecho, el gobierno de México ha mostrado poco interés en ello.

Escribe que en 1988 «el corazón me hacía creer que le robaron a Cuauhtémoc la elección»

Mucho más pronto que lo que López Obrador imagina, «todo cambiará en México»

Gerardo Arreola Corresponsal

La Habana, 13 de agosto. En los comicios presidenciales de México en 1988, en los que fue declarado ganador Carlos Salinas de Gortari, «no me constaba si había habido o no fraude», escribió hoy Fidel Castro. «Sólo el corazón me hacía creer que le robaron a Cuauhtémoc [Cárdenas Solórzano] la elección».

En la continuación de su artículo del jueves («El gigante de las siete leguas»), Castro aseguró que Salinas estaba en Cuba cuando el empresario Carlos Ahumada le mostró videos de la campaña contra Andrés Manuel López Obrador. El líder cubano ratificó su coincidencia de opiniones con el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal y agregó: «No albergo la menor duda que mucho más pronto que lo que él imagina, todo cambiará en México».

Castro recordó que asistió a la toma de posesión de Salinas, cuya elección fue impugnada por Cárdenas por considerarla fraudulenta. «No me constaba si había habido o no fraude. Era el candidato del PRI, partido por el que siempre votaron durante décadas los electores mexicanos. Sólo el corazón me hacía creer que le robaron a Cuauhtémoc la elección», señaló.

El ex presidente cubano no explicó las circunstancias en las que Ahumada mostró los videos a Salinas, a quien describió así, en valoraciones inéditas: «Sumamente hábil, sabía mover todas las fichas como un experto en ajedrez, con talento muy por encima de los que lo rodeaban».

En su conocida gestión entre Washington y La Habana por la crisis de los balseros de 1994, el ex presidente mexicano «se portó bien y actuó realmente como mediador y no como un aliado de Estados Unidos», estimó Castro.

Luego su sucesor, Ernesto Zedillo, «un hombre realmente mediocre» y quizás «celoso» de su influencia política, le «prohibió» residir en México, añadió el líder cubano. Según el relato, Castro accedió «sin vacilación» a la petición de Salinas de vivir en Cuba y aquí nació la primera hija de su segundo matrimonio.

Contó que no autorizó a Salinas a invertir en Cuba, pero le permitió comprar una residencia particular. El ex presidente de México visitaba la isla y conversaban, pero «nunca trató de engañarme». Tras caer enfermo en 2006, añadió Castro, «no volví a saber de él».

Castro habló públicamente por primera vez del caso Ahumada, con pocas novedades. Relató que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) pidió «la copia filmada de las declaraciones» del empresario mientras estuvo preso en La Habana.

«En eso no lo podíamos complacer», señaló el líder cubano. «Le enviamos como correspondía a la autoridad que solicitó la extradición. Otra actitud no habría sido seria.»

El líder cubano no agrega detalles, por lo que no queda claro si se refiere a todas las grabaciones de los interrogatorios que, según el entonces canciller Felipe Pérez Roque, sumaban 40 horas.

Tampoco queda claro el destino del material. Ahumada fue deportado de la isla el 29 de abril de 2004. Autoridades cubanas lo entregaron en la ciudad de México a la Procuraduría General de la República (PGR), que después de cuatro horas lo puso a disposición de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.

El 31 de marzo del mismo año, la cancillería mexicana había pedido a su contraparte cubana la detención de Ahumada con fines de extradición. Según el tratado bilateral vigente, México contaba de plazo hasta el 10 de mayo para fundamentar su demanda, lo que estaba preparando la PGR cuando el empresario fue deportado.

Según el relato de Castro, Ahumada declaró en La Habana que fueron Carlos Salinas y Diego Fernández de Cevallos los principales instigadores de la campaña contra López Obrador entre 2003 y 2004, y que fue el ex presidente mexicano quien indicó al empresario que viajara a la isla.

«Salinas de Gortari y Fernández de Cevallos vieron los videos previamente y organizaron, con el secretario de Gobernación y el procurador general de la República del gobierno del presidente Fox, Santiago Creel y Rafael Macedo de la Concha, respectivamente, la ejecución de la denuncia y su divulgación posterior, ofreciéndole a cambio apoyo económico en sus negocios y protección judicial para él y su familia», anota el comandante.

Agrega que «publicados los videos, Salinas, a través de su abogado Juan Collado Mocelo y de su ayudante personal Adán Ruiz, le indicó abandonar México y refugiarse en Cuba».

Ahumada confesó lo mismo en un libro publicado el año pasado. Hasta ahora Cuba se abstuvo de entrar en precisiones. Castro añadió que la deportación fue bien recibida por el PRD, López Obrador, «numerosas personalidades», representantes de organizaciones y partidos políticos, diputados y senadores.

Castro recordó que ordenó al vicejefe de Relaciones Internacionales del Partido Comunista, José Arbesú, que explicara en México a partidos políticos que el gobierno cubano no era parte del plan contra López Obrador y que sólo supo por la Interpol que Ahumada estaba en la isla.

Arbesú tenía que pedir opiniones entre políticos mexicanos sobre qué hacer con el detenido. Castro anotó que comprendía «la desconfianza de López Obrador» por la estancia de Ahumada en Cuba y agregó que el entonces precandidato «había sido traicionado por personas que creía honestas y esas circunstancias fueron aprovechadas por los que estaban dispuestos a clavarle un puñal».

Fuentes : Periodico La Jornada de Mexico y Ricardo Guanipa

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